Hoy sé, que todo lo que sé vale tanto como yo

domingo, 31 de julio de 2011

No mires atrás.


Esta entrada va por todos esos pequeños momentos que nos hicieron estremecer, nos hicieron tanto reír como llorar, arrepentirnos y sentirnos orgullosos. Pequeños momentos como abrir la puerta, mirar la hora o incluso levantarte de la cama... Es más, si logramos vivir 90 años, nos llevaremos más de 32000 vivencias. Pueden ser momentos que te marcan a pesar de ser insignificantes para el resto, detalles pequeños que se quedan ahí, momentos tanto tuyos como de el resto, momentos en los que haces felices a otros, eso es más que suficiente para hacerte feliz a ti tambien, aunque sólo sea un segundo. No es necesario tanto materialismo para ser feliz, incluso un perro persiguiendo su propia cola puede robarte una sonrisa. Tambien hay momentos demasiado importantes como para clasificarlos, momentos que significan tanto para ti que incluso desearías parar el tiempo con tal de conservarlos eternamente, reviviendolos una y otra vez. Pero el tiempo no se detiene, sigue su curso a pesar de lo que desees. Y sin embargo, por mucho tiempo que pase, esos momentos seguirán ahí, tan llenos de vida como la primera vez que reíste de verdad.
La vida esta hecha de pequeños momentos que nos hacen sentir grandes.

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